10.6.12

Norton, la Isla de Man y el Tourist Trophy (1987-1994)

(> continuación) En 1992, el irlandés Steve Hislop hizo historia al conseguir la última victoria de una Norton en competición. Fue en la categoría Senior del TT, la más importante, frente a Carl Fogarty y su veloz Yamaha OW01 Loctite por sólo 4,4 segundos de diferencia.





Norton no ganaba nada desde 1973, cuando Peter Williams cruzó la meta primero en la categoría F750 frente a Jack Findlay (Suzuki), sobre una Norton monocasco. 19 años después de aquello, Norton, en pleno declive y con acuciantes problemas económicos (cerraría dos años después), firmó una de las gestas más recordadas de la Isla de Man.




Aquella Norton NRS 588 carecía del apoyo de la tabacalera John Player Special que durante tantos años les había mantenido. Abandonó la preciosa decoración negra en pos del blanco, sin guardabarros delantero y con una triste publi de Abus junto a pequeños patrocinadores técnicos. Pero Barry Symmonds (técnico y antiguo “boss” de Honda Britain), Ron Williams (chasis) y David Mcdonald (dueño de Norton) creyeron en el milagro.




La NRS ya estaba refrigerada por agua (un cambio introducido en 1989) y disponía de 147 CV a 10.000 rpm, chasis Spondon, dos carburadores Keihin de 37 mm, horquilla WP, llantas/discos PVM, pinzas AP y 144 kg en seco. Curiosamente, además del amortiguador Koni ubicado en la parte superior de la moto, contaba con un segundo amortiguador (sin muelle) en el basculante para minimizar “los vicios” del Wankel. Y es que, al cortar gas en un rotativo, el motor sigue girando irregularmente, levantando y hundiendo el amortiguador trasero con la consiguiente inestabilidad de la moto.




Otra peculiaridad que siempre tuvieron las 588 de esta primera etapa fue su curioso “eyector de escape”. Crighton concibió un sistema de refrigeración del motor consistente en un conducto que iba desde la zona central del motor hasta el silencioso. Gracias al efecto Venturi, la velocidad de salida de los gases de escape creaba una depresión que se trasladaba a la parte trasera del motor y que, unida a la sobrepresión aerodinámica en la parte delantera del mismo, creaba un desequilibrio que impulsaba la corriente de aire por todo el motor para refrigerarlo eficazmente.




Aquella moto se transformó en mito nada más darse el banderazo y significó el culmen de 5 años de trabajo magistral iniciado por el gran “técnico rotativo” Brian Crighton y el mago de los chasis Ron Williams en la primigenia RC 588 de 1987 (135 CV y 131 kg).




El banquero sudafricano Phillipe LeRoux compró la marca en 1986 y de no ser por él, nada de esto hubiese pasado. Que en la década de los ’80 la policía emplease Norton rotativas alargó la vida de la marca y sirvió de base para crear el departamento de competición.





Robert Dunlop, Trevor Nation o Steve Spray ya asustaron a los japoneses en 1989 y 1990, logrando el Nacional de Superbike y Supercup británicos batiendo récords en todos los circuitos del calendario. Los podios en el TT se sucedieron y los éxitos en otras carreras urbanas como el Ulster GP vaticinaban lo mejor. Los más de 300 km/h de la “bestia negra” intimidaban. Además, Ron “Rocket” Haslam pilotó una Norton rotativa en el GP del Reino Unido en 1991 (12º). Una gran época.




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