27.5.10

Mundial de Resistencia: 8H Albacete ’10 (2ª parte)













(> continuación) La resistencia es una maravillosa modalidad que siempre te sorprende. A los 10 minutos de darse la salida, ya estaba entrando en el box un piloto del team Suzuki SERT (que a la postre fueron los ganadores -10 títulos mundiales de resistencia a sus espaldas-) con la moto un poco pocha; fue el primero en llegar tras un accidente múltiple por aceite en pista. La mala suerte también se alió con el equipo qatarí, y ver entrar a los extenuados pilotos (deben llegar por sus propios medios al box o les descalifican) para dejar la moto y que comience el baile de mecánicos es flipante. La coreografía de cinco tíos reparando la moto en cuestión de minutos es digno de verse. Otros corren/saltan/gritan de un lado a otro del box, mientras el segundo piloto espera ya su turno. Si la moto puede continuar, comienza la estrategia para remontar, los repostajes rápidos y etc, etc. Una de las decisiones fue la de apear al piloto qatarí del equipo (Yousef Al Malki) por su bajo ritmo, dejando al australiano (Alexander Cudlin) y al francés (Anthony Delhalle) que se merendasen toda la carrera.

La caída de la noche y el juego de luces que profesa todo el circuito es mi momento preferido, pero lo que me dejó flipado son los “packs de piezas” que tienen distribuidos por las estanterías del box. Me refiero a las piezas de recambio más susceptibles a ser cambiadas en caso de avería: estriberas, instrumentación, carenados, escapes, manetas, etc. La prioridad, ante todo, es perder el menor tiempo posible con una reparación en boxes. Ellos no cambian las pastillas... ¡sino toda la pinza del tirón! Tampoco cambian el acelerador... ¡sino todo el puño con el cable unido a una admisión nueva! Los sistemas rápidos de las motos recaen en la prestigiosa firma suiza Stäubli (3.000 € para la toma simple del depósito de gasolina y 300 € para cada conector rápido de los latiguillos de freno –4 en total-).

El mundial de resistencia sigue siendo un campeonato en el que conviven los grandes presupuestos con otras alternativas privadas, una tecnología puntera con determinadas soluciones de andar por casa y un espíritu de equipo que todavía tiene reminiscencias de las carreras de otras décadas. Amén.

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