15.5.07

I Desafío BMW GS: para espíritus aventureros





Los chicos de BMW Riders se lo han currado. Por primera vez en España, se ha celebrado el Desafío GS, un encuentro 100 % amateur dirigido a todo aquel que posea una BMW off-road, independientemente del año de matriculación. Muy interesante: en esta prueba debes demostrar además de tu habilidad y pericia sobre la moto, tu destreza para solventar todos los problemas que te vayan surgiendo. La idea no es nueva, pues en Sudáfrica se viene celebrando algo parecido desde hace tres años bajo el nombre de GS Challenge. ¿Estás preparado?

COMIENZA EL JUEGO


Si aceptas las reglas (ya sabes, acampar en el vivac, levantarte sobre las 8.30 o admitir que tu moto terminará tan embarrada que ganará 6 kg extra de peso) y pagas los 250 euros que cuesta la inscripción, deberás superar tres pequeñas pruebas (dos el sábado y una el domingo): orientación, habilidad y trabajo en equipo. En la prueba de orientación podrás elegir entre dos mapas (azul o rojo) según la zona que más te guste, y con ayuda de un gps, deberás encontrar el mayor número de way points (81 en total) recorriendo la menor cantidad de kilómetros. Se supone que con tres horas tendrás suficiente... si no fuera porque a veces, los parajes por los que transcurres hacen que te olvides de los points para deleitarte, cámara de fotos en mano, con paisajes camperos que nunca olvidarás.

La prueba de habilidad de conducción se desarrolla en los recintos cerrados del SIP (120 hectáreas de terreno habilitados para la conducción off-road) y consta de 2 exámenes: circuito de obstáculos y tramo extremo. Si te gusta el enduro no tendrás problemas, es lo más parecido a un tramo scratch con peraltes, troncos, rocas, barro, arena, etc. Aquí vale el tiempo más rápido.

Para evaluar el compañerismo, la capacidad de liderazgo y el saber hacer de los participantes, está la prueba de trabajo en equipo. ¿Cuántas veces has construido una balsa con bidones y tablas? ¿Por lo menos habrás pasado por un barranco con la moto colgada de una tirolina, no? Bueno, siempre hay una primera vez para todo. Lo mejor es que tu moto se queda en tierra, ya que en la balsa remarás con los miembros de tu equipo (5 ó 6 personas) hasta la otra orilla del río en busca de un neumático que deberás montar en una llanta que está en la misma orilla donde has partido. Sencillo y divertido. Lo más importante es atar bien los cuatro bidones vacíos de 200 litros y los seis tablones de los que disponéis si no queréis practicar algo de pesca submarina en medio del río. Tampoco os olvidéis de desmontar todo de nuevo o si no correrá el tiempo en vuestra contra.

En cambio, lo de la tirolina es algo más relajado... “Yo me compré una moto porque odiaba el alpinismo”, grita Juan, al tiempo que cruza al lado contrario equipado con el consiguiente arnés de seguridad. Aquí, el equipo al completo estudia cómo pasar la BMW del monitor sin que se precipite en caída libre unos 6 metros: “Pensad que tenéis que colgar la moto de vuestro bisabuelo, una joya de valor incalculable única en el mundo”, nos dice Javier, el monitor y guía del grupo...

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