1.1.06

Érase una vez JAVISPEED...






1978... un gran año, sin duda. Al mismo tiempo que el escarabajo de Volkswagen dejaba de fabricarse en Europa, el campeonísimo Giacomo Agostini anuncia su retirada definitiva de la competición con 15 títulos mundiales y 122 victorias en Grandes Premios. Montesa vende la unidad nº 6.000 de la popular Cota 25 y el 6 de diciembre se aprueba la Constitución española en referéndum. En junio Argentina gana el mundial de fútbol, y en octubre Carol Wojtila es elegido Papa. De la mano de Bultaco, Ricardo Tormo consigue el primero de sus dos campeonatos en la categoría de 50. El 25 de julio nace Louise Brown en Inglaterra, el primer bebé probeta, justo mes y pico después de que el legendario Mike Hailwood lograra el primer campeonato del mundo para Ducati en su regreso a la competición con una victoria épica en el Tourist Trophy de la Isla de Man. Un mes antes de la gesta, culminó una gestación. El 3 de mayo ahí estaba yo, naciendo sin parar a las 00:40 horas. Así comienza mi periplo por una vida en moto, o la moto en mi vida según se mire. Durante los tres días de reposo post-parto, mi padre volaba del trabajo a la clínica para vernos, tan rápido como los 49 CV a 8.500 rpm de su Benelli 500 LS le podían transportar.

Lo peor de todo, es que llegué en malos momentos para nuestra industria nacional. Del optimismo radiante de comienzos de la década de los '70 (debido en parte a las exportaciones y la popularidad de los modelos de campo), se pasó a un final triste, amargo y agónico en los últimos años. Suspensión de pagos de Ossa en 1978, cierre de Bultaco en 1980, absorción de Sanglas y Mototrans por Yamaha y acuerdo Honda-Montesa. En cambio, el “marciano” Kenny Roberts revoluciona el mundial con su Yamaha YZR 500 dos tiempos amarilla y su pilotaje basado en la técnica del derrapaje, convirtiéndose en el pionero del desembarco norteamericano en el Continental Circus...

Hace tiempo, mis amigos me instaron a que les contase un percance que me ocurrió en uno de mis primeros viajes largos en moto, allá por 1998, y que ante mi incredulidad todavía desconocían. Aquel hecho pasó a formar parte de un extenso anecdotario que ha ido creciendo a pasos agigantados con el paso de los años.
Realmente ése fue el detonante para que decidiese empezar a escribir. Por otro lado, también quería reflejar de modo indeleble (evitando con ello que los recuerdos se pierdan con el paso de los años en el pozo del olvido) buena parte de mi vida, de mis momentos más y menos alegres, de mis sensaciones, y de mis “locas hazañas”. Lo que sí puedo garantizar es que ando surtido de innumerables relatos relacionados con el mundo de LA MOTO, mi gran pasión desde la infancia, que en su día sucedieron sin más y todavía hoy recuerdo perfectamente. Ahora, ganándome la vida como redactor en una revista de motos, las cosas se ven de otra manera, pero este blog, no es más que un resumen de algunas de estas vivencias-experiencias de ahora (2006) en adelante. Las cuatro ruedas también me gustan, y algunas entradas rozan el frikismo más sangrante, pero todos tenemos nuestras rarezas ¿no?

Qué razón tenía aquella frase que leí en una revista y que decía así: “El recuerdo es lo que mantiene viva la historia, y también lo que nos hace entender que sin un pasado positivo no tendríamos ni un presente, ni un futuro”. Os aseguro que la meta de este viaje no importa; lo que realmente importa es el camino.

¿Comenzamos?

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